Víctimas de la ciega y estúpida justicia mexicana, Teresa y Alberta no dejaron nunca de luchar por su liberación desde aquel 3 de agosto de 2006; día en que fueron acusadas de "secuestrar" a seis raquíticos, indefensos e inútiles agentes de la extinta AFI que fueron a reprimir comerciantes en un mercado de Santiago Mexquititlán, Quérétaro. A partir de entonces vivieron un infierno, una hostilidad continua por su situación de mujeres, pobres e indígenas, tríada que mantiene la desigualdad en esta supuesta democracia. Afortunadamente, organizaciones civiles y ciudadanos comprometidos las apoyaron en este tránsito jurídico y ellas hoy pueden festejar el hecho de que son libres y dignas, pues nadie les regaló su más preciado derecho. Hace un año el gusto fue por Jacinta, las triquiñuelas administrativas de las "autoridades" prolongaron su salida; pero hoy podemos decir: ¡¡Felicidades Teresa, Alberta y Jacinta, gracias por su valor!!
¿Quién va a pagar por el injusto y doloroso encierro que padecieron estas mujeres?
¿Quién va a pagar por el injusto y doloroso encierro que padecieron estas mujeres?
Al fin se hizo justicia: Teresa y Alberta
Las queretanas otomíes estuvieron encarceladas tres años, siete meses y 28 días, acusadas de un delito que, ahora ha dicho la SCJN, no cometieron
"Estamos muy contentas porque al fin se hizo justicia", exclamó, Teresa González Cornelio, al momento en que junto con su cuñada, Alberta Alcántara Juan, salía del penal femenil de San José el Alto, en la ciudad de Querétaro.
A las seis de la tarde y a bordo de una camioneta del Centro de Derechos Humanos, Agustín Pro Juárez, las dos queretanas otomíes abandonaron la prisión, justo cinco horas después de que el pleno de magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolviera, por unanimidad, absolverlas del delito de secuestro del que fueron acusadas.
Teresa llevaba en su regazo a Jazmín, su hija que nació dentro del penal, a su lado iba Alberta.
Andrés Díaz, uno de sus abogados, ingresó al centro penitenciario alrededor de las dos de la tarde, para notificarles que la corte les acababa de otorgar la "absoluta libertad". Tres horas después llegó la orden del juez al centro de reclusión; 60 minutos más transcurrieron para que dejaran la cárcel.
Ahí estuvieron recluidas, tres años, siete meses y 28 días, acusadas de un delito que, ahora ha dicho la SCJN, no cometieron: el secuestro de seis elementos de la desaparecida Agencia Federal de Investigaciones (AFI).
Además, a Teresa González -esposa de Gabriel Alcántara Juan- la acusaron de vender droga en un puesto del tianguis de Santiago Mexquititlán. Teresa demostró que nunca tuvo un comercio ambulante.
Ellas "están muy contentas, están muy felices por la resolución", dijo el defensor en una improvisada conferencia a la prensa realizada al exterior del penal, para luego agregar: "estamos totalmente conformes de la decisión, pues se da un paso hacia la justicia; no es todo pero finalmente es un primer paso que se da".
En tanto, Gabriel Alcántara Juan, hermano de Alberta y esposo de Teresa, afirmó que la decisión de la SCJN deja en claro que su encarcelamiento fue una injusticia, afirmó. Gabriel refirió igualmente que una vez que se encuentren en su casa, "muy seguramente" habrá de celebrarse su salida. "A la mejor hay mole y fiesta", comentó.
En entrevista con EL UNIVERSAL, realizada en marzo pasado al interior del penal, Alberta y Teresa habían afirmado que en cuanto estuvieran en libertad, lo primero que harían sería ir a dar gracias a la Virgen de Guadalupe, en la ciudad de México. Ambas mujeres acostumbraban participar en la peregrinación anual a pie de Querétaro a la Basílica de Guadalupe.
Beneplácito del gobierno estatal
"Ha sido una lucha de muchos años; una lucha muy complicada y que en esta ocasión, con la participación de la SCJN, del senado de la República, de los medios de comunicación, de la sociedad civil y de muchas organizaciones nacionales e internacionales, se logró la liberación de estas dos compañeras detenidas irregularmente", dijo el mandatario.
Entrevistado una hora después de que el pleno de ministros de la SCJN decretara la liberación de ambas mujeres, Calzada Rovirosa recordó que cuando habló con el presidente de la corte, "le dije: ‘señor presidente: en México no solamente debemos de aprehender a los delincuentes sino también liberar a los inocentes y las dos compañeras que están presas en un penal de Querétaro, son inocentes.
Ellas no cometieron el delito por el cual se les está acusando, por lo cual le pido, a nombre de todos los queretanos, que la Suprema Corte atraiga el caso y ahora tenemos la buena noticia de que alcanzan su libertad".
El Universal, 28 de abril de 2010.
"Estamos muy contentas porque al fin se hizo justicia", exclamó, Teresa González Cornelio, al momento en que junto con su cuñada, Alberta Alcántara Juan, salía del penal femenil de San José el Alto, en la ciudad de Querétaro.
A las seis de la tarde y a bordo de una camioneta del Centro de Derechos Humanos, Agustín Pro Juárez, las dos queretanas otomíes abandonaron la prisión, justo cinco horas después de que el pleno de magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolviera, por unanimidad, absolverlas del delito de secuestro del que fueron acusadas.
Teresa llevaba en su regazo a Jazmín, su hija que nació dentro del penal, a su lado iba Alberta.
Andrés Díaz, uno de sus abogados, ingresó al centro penitenciario alrededor de las dos de la tarde, para notificarles que la corte les acababa de otorgar la "absoluta libertad". Tres horas después llegó la orden del juez al centro de reclusión; 60 minutos más transcurrieron para que dejaran la cárcel.
Ahí estuvieron recluidas, tres años, siete meses y 28 días, acusadas de un delito que, ahora ha dicho la SCJN, no cometieron: el secuestro de seis elementos de la desaparecida Agencia Federal de Investigaciones (AFI).
Además, a Teresa González -esposa de Gabriel Alcántara Juan- la acusaron de vender droga en un puesto del tianguis de Santiago Mexquititlán. Teresa demostró que nunca tuvo un comercio ambulante.
Ellas "están muy contentas, están muy felices por la resolución", dijo el defensor en una improvisada conferencia a la prensa realizada al exterior del penal, para luego agregar: "estamos totalmente conformes de la decisión, pues se da un paso hacia la justicia; no es todo pero finalmente es un primer paso que se da".
En tanto, Gabriel Alcántara Juan, hermano de Alberta y esposo de Teresa, afirmó que la decisión de la SCJN deja en claro que su encarcelamiento fue una injusticia, afirmó. Gabriel refirió igualmente que una vez que se encuentren en su casa, "muy seguramente" habrá de celebrarse su salida. "A la mejor hay mole y fiesta", comentó.
En entrevista con EL UNIVERSAL, realizada en marzo pasado al interior del penal, Alberta y Teresa habían afirmado que en cuanto estuvieran en libertad, lo primero que harían sería ir a dar gracias a la Virgen de Guadalupe, en la ciudad de México. Ambas mujeres acostumbraban participar en la peregrinación anual a pie de Querétaro a la Basílica de Guadalupe.
Beneplácito del gobierno estatal
"Ha sido una lucha de muchos años; una lucha muy complicada y que en esta ocasión, con la participación de la SCJN, del senado de la República, de los medios de comunicación, de la sociedad civil y de muchas organizaciones nacionales e internacionales, se logró la liberación de estas dos compañeras detenidas irregularmente", dijo el mandatario.
Entrevistado una hora después de que el pleno de ministros de la SCJN decretara la liberación de ambas mujeres, Calzada Rovirosa recordó que cuando habló con el presidente de la corte, "le dije: ‘señor presidente: en México no solamente debemos de aprehender a los delincuentes sino también liberar a los inocentes y las dos compañeras que están presas en un penal de Querétaro, son inocentes.
Ellas no cometieron el delito por el cual se les está acusando, por lo cual le pido, a nombre de todos los queretanos, que la Suprema Corte atraiga el caso y ahora tenemos la buena noticia de que alcanzan su libertad".
El Universal, 28 de abril de 2010.
Liberan a indígenas tras fallo; “por fin se hizo justicia”, dijeron
Alberta Alcantara Juan y Teresa González Cornelio viajarán a la ciudad de México, donde mañana darán rueda de prensa.
Marina Chávez
Querétaro, Qro. Las indígenas Alberta Alcantara Juan y Teresa González Cornelio abandonaron este miércoles el penal de San José El Alto, Querétaro, luego que la Suprema Corte las absolvió del secuestro de cuatro elementos de la extinta Agencia Federal de Investigación.
Las mujeres salieron del penal en punto de las 18 horas a bordo de un vehículo Urvan blanco acompañadas de integrantes del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez. En el vehículo también viajaba la hija de Alberta de nombre Jazmín, de un año y dos meses.
“Estamos contentas porque por fin se hizo justicia”, dijo Teresa.
De acuerdo a abogados del Centro Agustín Pro Juárez, las mujeres se encuentran ya con sus familias y se prevé que viajen a la ciudad de México, donde mañana jueves darán conferencia de prensa.
Teresa y Alberta fueron arrestadas en marzo de 2006, junto con Jacinta Francisco Marcial –quien ya fue liberada–, bajo cargos de privación ilegal de la libertad de seis agentes federales que participaron en un operativo contra la venta de productos pirata en Santiago Mexquititlán, Querétaro.
Este miércoles, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó la inmediata libertad de las mujeres, por considerar que hay elementos suficientes, desde fabricación de testimonios hasta uso de pruebas ilícitas, para revocar la sentencia de 21 años de prisión en contra de las indígenas.
Tras el fallo, la Procuraduría General de la República (PGR) dijo aceptar la decisión de la Primera Sala del Alto Tribunal de absolver a las dos otomíes.
En entrevista radiofónica, la defensa de Alberta y Teresa no descartó iniciar un procedimiento por reparación del daño, toda vez que ambas permanecieron cuatro años en prisión.
La Jornada, 28 de abril de 2010.
Marina Chávez
Querétaro, Qro. Las indígenas Alberta Alcantara Juan y Teresa González Cornelio abandonaron este miércoles el penal de San José El Alto, Querétaro, luego que la Suprema Corte las absolvió del secuestro de cuatro elementos de la extinta Agencia Federal de Investigación.
Las mujeres salieron del penal en punto de las 18 horas a bordo de un vehículo Urvan blanco acompañadas de integrantes del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez. En el vehículo también viajaba la hija de Alberta de nombre Jazmín, de un año y dos meses.
“Estamos contentas porque por fin se hizo justicia”, dijo Teresa.
De acuerdo a abogados del Centro Agustín Pro Juárez, las mujeres se encuentran ya con sus familias y se prevé que viajen a la ciudad de México, donde mañana jueves darán conferencia de prensa.
Teresa y Alberta fueron arrestadas en marzo de 2006, junto con Jacinta Francisco Marcial –quien ya fue liberada–, bajo cargos de privación ilegal de la libertad de seis agentes federales que participaron en un operativo contra la venta de productos pirata en Santiago Mexquititlán, Querétaro.
Este miércoles, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó la inmediata libertad de las mujeres, por considerar que hay elementos suficientes, desde fabricación de testimonios hasta uso de pruebas ilícitas, para revocar la sentencia de 21 años de prisión en contra de las indígenas.
Tras el fallo, la Procuraduría General de la República (PGR) dijo aceptar la decisión de la Primera Sala del Alto Tribunal de absolver a las dos otomíes.
En entrevista radiofónica, la defensa de Alberta y Teresa no descartó iniciar un procedimiento por reparación del daño, toda vez que ambas permanecieron cuatro años en prisión.
La Jornada, 28 de abril de 2010.
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