lunes, 5 de abril de 2010

Sismo de 7.2 grados Richter en Baja California

Es triste tener que hablar de un evento telúrico que tanto se "pronosticaba" que sucedería, mucho más cuando en esta última veintena de días un correo electrónico predecía -sin delimitar bien fechas- que sucedería una catástrofe en la ciudad de México. Los sismos NO PUEDEN PREDECIRSE aún con la tecnología de punta que se tiene; sin embargo, la geología sí enseña dónde es más común que ocurran estos fenómenos y cataloga espacios geográficos por su peligrosidad. Este sismo ocurre en la llamada Falla de San Andrés, espacio de gran movimiento entre las placas Norteamericana y Pacífico. El epicentro tuvo lugar en la población de Guadalupe Victoria, su intensidad generó severos daños y esta vez sí tuvo un costo humano.


Antonio Heras

Mexicali, B.C., 4 de abril. El sismo de 7.2 grados Richter que se registró este domingo dejó dos personas muertas y decenas de heridos, además de puentes colapsados, daños estructurales en inmuebles, fracturas de tramos carreteros y al menos 11 incendios en el valle de Mexicali, dijo en conferencia de prensa el gobernador de Baja California, José Guadalupe Osuna Millán.

El Ejército y las unidades de Protección Civil se movilizaron después del primer sismo, a las 15:40 horas locales (cuyo epicentro se ubicó a 60 kilómetros al sur-sureste de Mexicali); pero las escenas de pánico se multiplicaron durante la serie de hasta 60 réplicas que continuaron con intensidades de entre 5.1 y 5.4 grados.

Una edificación se desplomó en Casas Nuevas del Valle, donde un indigente perdió la vida; y en la zona urbana también murió la joven Ana Luisa Granados Loera, de 15 años, dijo el director de Seguridad Pública, Ulises Méndez.

Se habilitaron cuatro albergues. Los hospitales fueron desalojados, y sus pacientes recibían atención a cielo abierto, en carpas instaladas por los gobiernos municipal y estatal; mientras los mexicalenses permanecían afuera de sus casas.

El gobernador puso la ciudad en estado de emergencia y recorrió con el alcalde Rodolfo Valdez las zonas críticas y el centro cívico de Mexicali, donde se vino abajo parte de un estacionamiento en construcción.
Numerosos inmuebles quedaron con los vidrios rotos, grietas en muros y otros daños estructurales, entre ellos la unidad de posgrado de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), cuyas autoridades –como las del sistema educativo estatal– suspendieron el reinicio de actividades programado para este lunes, hasta realizar una inspección de todos los planteles.

La carretera Mexicali-Tecate se fracturó a la altura de la Laguna Salada, la Mexicali-San Felipe en el kilómetro 60, y la Mexicali-San Luis Río Colorado entre los poblados Guadalupe Victoria y Benito Juárez.

En el Eje Central, cerca del bosque de la ciudad, el deslizamiento de un depósito del río Nuevo produjo una fuga de agua. La producción de algodón y trigo quedó en riesgo por el desbordamiento de los canales de riego Tulichec y Nuevo Delta; y en el ejido Sonora y la colonia El Vidrio se inundaron 60 mil hectáreas de cultivos.

Desde la primera sacudida, la capital del estado se quedó sin luz, agua, telefonía e Internet, y por la noche se hallaba en penumbras, a excepción de zonas donde operan plantas de energía privadas.

La Jornada, 5 de abril de 2010.

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